Artes y Oficios

Los telares y las ruecas

Desde la antigüedad, cuando aparecieron las técnicas del tejido con lana de camélidos, su laboriosidad, el arte e identidad y por su excelencia en el producto se denominó a esta zona cumbi o chumbi pirka, determinación al tejido fino, realizado sosteniéndose en la pared. Artesanías textiles confeccionadas en los telares de cintura, utilizado por los pueblos pre inkas y a través del empelo de la técnica del amarre.

Existiendo los tejidos decorativos, empleados para sujetar las vestiduras familiares y trajes ceremoniales, elaborados con diferentes diseños, se desarrollaron los finos tejidos, los cuales aun se mantienen latentes, admirados, debían haber expresado, “trae consigo, hilo y carrete”, en alusión a la labor concentrada, de los caris o varones, quienes han desarrollado destreza del tejido, un sano orgullo, el demostrar sus habilidades, los encantos, la habilidad heredada y las técnicas utilizadas, las cuales no han sido solamente un arte de laboriosidad en los telares rústicos, sino también lo es una actividad económica.

Sujetado con el cuerpo, mediante un fragmento de cuero, denominado trapiche, con los pies extendidos, se dedica a tan testada labor de ir entrelazando, las hilachas que van y vienen en su sin fin de hileras, simples o dobles, ligadas y separadas minuciosamente por los finos palillos, comprendidos como la; illahua, la juca, con la callhua se jaitari o presiona.

El artesano posee gran numero de elementos, útiles en su labor, y existen las callhua de dimensiones, grandes, chicas, medianas, construidas con el material de chonta.

Con los tactes o estacas colocadas de forma horizontal y vertical, en los que se envuelven los hilos, valiéndose de los demás aparejos, se va jaichando o cambuando, mediante este trabajo minucioso, de concentración, tiempo necesario, y obrar con los conocimientos de tan laborioso arte, se tejen piezas de formas y diseños únicos; alforjas, mantas, bufandas, ponchos con cuello y con capucha, chalinas, juajas, sinchas para los caballos, retrancas, baetas de las cuales se confeccionan las; polleras, sábanas, llacota o lliglla, rebosos y las baetas para envolver a las huahuas.

El material utilizado, es el hilo la lana de los camélidos. Los hilos de colores van dando una variedad de combinaciones, matices, se realiza con trama, estambre e hilo torcido (doble hebra), comúnmente una cobija normal (grande) se confecciona con nueve libras y media de hilo, el peso al terminar es el mismo, se trabaja en dos callhuas para después unir y formar la cobija.

Las alforjas en cambio van formando en su tejido, una división central, la cual permite dar la abertura del intermedio, en la cual se introduce la cabeza y se logra cargar la alforja, los ponchos desde la preparación de la lana hasta su tejido en el telar, se realizan también en dos callhuas y se unen al fina, se teje el cuello, otras veces la capucha y se coloca, pueden ser grandes, medianos y pequeños, varia al gusto de quien va a utilizar, se pueden adquirir de diferente diseños, con o sin flecos y los finos tejidos, para los gustos más exigentes, se trabaja en hilo de orlón, los poncho, bufandas, chalinas, juajas, entre otras prendas. (Comunicación personal Celso Lituma).

Anteriormente se confeccionaban los saquillos y alforjas, Las alforjas, que son utilizadas, para transportar productos de una manera equilibrada, puesto que permite llevar cargando, sobre la espalda y pegado al pecho, esta artes se confeccionaron anteriormente utilizando la cabuya, obtenida del penco de castilla.

El avance de la ciencia, el modernismo y las nuevas tendencias textiles, han ido dando un giro y los artesanos, son quienes han optado por aparatos más cómodos, utilizar el telar de pedales, el cual debió ser el producto complementario de moción, que surgió en secuencia del telar de cintura, posee cualidades similares, se pueden realizar trabajos paralelos, con pocas y definidas diferencias, entre el telar ancestral (cintura) y el moderno (pedales).

Sin embargo es un deleite el rememorar los sonidos del telar, aquellas misteriosas urdimbres, la rebobinación, los hilos entrelazados sigilosamente, el estambre liado y extendido por las perchas, para pasar la trama y con el peine ir asegurando y con la fuerza de las manos presionar las hilachas entre si; aquellos esqueléticos ares de madera, pedaleados con los pies, para alternar las hileras y dar paso a las lanzaderas, con la baqueta, dando el terminado de la obra, de vez en cuando utilizando las bolas de cera, para evitar que se enrienden los hilos, que corra, pase y cruce la lanzadera, que van formando minuciosamente lo mas galán, una tracción con las manos, la mente, la vista, la inteligencia, una mágica relación de concordancia, entre el arte, el diseño y el artesano.

Aquellos diseños, admirables, que fueron el producto del esfuerzo y los largos procesos con los hilos que se urdían, tejían los más bellos lienzos con un abanico de vivos colores; los hilos de lana y orlón se entrelazaban para crear diseños sencillos, coloraciones teñidas o naturales, y confeccionar prendas de vestir, con variedad de diseños, logrando obtener mas finos acabados, para gustos exigentes, con materiales mas propensos y de alta calidad.

Con todo este avance, se han definido, nuevas formas e instrumentos indispensables, con lo cual se logra la elaboración de las obras textiles artesanales, los ponchos, baetas, polleras, cobijas, chalinas, calzones y rebosos.

 

Vestimenta

Durante todos los tiempos, se han utilizado, diferentes formas de atuendos, (taparrabos), y cada vez de formas mas complejas, por el continuo descubrimiento, valiéndose de su entorno natural, han ido discurriendo y formando un sinnúmero de prendas de vestir, mediante el uso de pieles de animales como, leopardos y venados. Con la introducción del ganado ovino que se adaptaron a los diferentes espacios climáticos, se han multiplicado con ligereza. Aprendieron entonces el manejo de la oveja, y la lana se convirtió en principal materia prima, para la elaboración de sus vestidos.

La ropa para los caris o varones, capas, calzones, cutanas o chalecos, se utilizaban gorras durante la noche, para cubrirse la cabeza y poder descansar, debido al penetrante frío; con las juajas o fajas delgadas se ceñían los calzones, anacos, envolvían las baetas de las huahuas o niños tiernos; empleaban el cungacuello o bufanda; los sombreros construidos con tamo de las gramíneas y de hilos de lana, tejidos a mano, valiéndose de palillos; los zamarros, confeccionados con los cueros de res, para cabalgar, estos cubrían de las intemperies.

De las huarmio mujeres; anacos, polleras, esta a su vez se amarraban con las reatas, bejucos y las piolas de cabuya, dando vueltas alrededor de la cintura, cuando caía o existía shulla (roció) o el paramu (llovizna), se arrullaban, levantando a la altura de los mucus o rodillas, para evitar mojarse; las enaguas, llicllas y rebosos, prendas de lana, tejidas en los telares de cintura, recortadas de forma rectangular y los cuales después de a remojar con agua caliente, valiéndose de un mazo de madera, daban golpes sobre la lana mojada, e iban doblando hasta terminar en un pequeño recuadro, dejarlo prensada con un peso encima, por un lapso de tiempo (15 días), después desdoblarla y el reboso estaba preparado. Las llicllas mas sencillas, se confeccionaban de la misma lana, recortándole de centímetros y en forma rectangular, con un ligero bordado y con ribetes de colores llamativos para evitar que se deshile, convertida en una prenda utilitaria en las danzas y comparsas, las cuales cubren la espalda; los cungapechos o sostén y el tupu o agujón que sostenía las prendas que cubrían la espalda (reboso-Lliclla) en las épocas de fiestas, en otras ocasiones esta pieza bien podía, servir como un arma de defensa, con los pétalos secos del latig, esos palillos delgados, utilizados como agujones, afilados en un extremo, con los espinos y la cabuya obtenida de los pencos, se sostenían diferentes prendas, en especial las que cubrían la espalda.

Los colores de las diferentes prendas de vestir, fueron naturales, acorde al color del hilo de la lana de la oveja (negro, blanco); con el tiempo, se ha ido implementando el teñido, utilizando elementos obtenidos de la naturaleza, con las cáscaras de los troncos, las hojas, raíces y plantas fueron utilizados para el coloreado. Podia variar su coloración, de acuerdo a cada gusto, se utilizaron las cáscaras molidas del árbol de garau, para obtener una coloración rosado-purpura; con la bura chancada, una coloración patito, semejando un tono verde oscuro; con la panta del piñan, el eterno color negro; con el nogal, coloración café obscuro. Sin embargo eran tintes seguros, y duraderos que resistían al agua y al tiempo y mientras continuaba el proceso de descubrimiento, aparecieron los nuevos y tintes (anilina), en un principio los colores mas comunes a utilizarse fueron; el aromo o anaranjado, lila o morado, rojo y negro, se teñía el hilo antes de llevarlo a los telares, la mayoría de las prendas que presentaban estas colores, fueron teñidos, antes de su elaboración, desde los atuendos mas sencillos y pequeños, hasta terminar en las grandes piezas, de preferencia de las prendas de las huarmis, porque de los hombres era sencillo (colores de la lana de oveja, calzones de color negro y blanco).

El calzado aparece en épocas recientes porque antes la gente no usaba zapatos, se caminaba a casha pata o pie desnudo. Los pies se habían acostumbrado a la dureza de los caminos, con el pasar de los tiempos se utilizaron las oshotas o calzado estilo sandalias, construidas de un pedazo doble de cuero de res (dos plantillas), figurado a la planta del pie y sujetada de adelante por la mitad, hacia atrás (costado) con un pedazo de beta delgada, otro pedazo, en la parte posterior, después se han construido oshotas de caucho.

La mujer cumbeña aún utiliza las típicas prendas de épocas pasadas, a pesar de los intensos procesos de cambio cultural en la cual nos encontramos; se puede observar luciendo elegantes polleras bordadas, bolsicón, y los días feriados o en ocasiones especiales, utiliza el paño de cachemir con el escudo del Ecuador bordado, de variados colores (blanco azulado para matrimonios, bautizos, primeras comuniones y confirmaciones; y, de rojo con negro para fiestas cívicas o patronales), con delicadas blusas y zapatos tejidos estilo sandalias de cuero.

La vestimenta del hombre consiste en pantalones de casimir, gabardina o poliéster, de doble prensa y bastas anchas; son pocos los que utilizan el poncho de lana; y, sus sombreros son de paño de variados colores. En los últimos tiempos, entre los jóvenes de la parroquia existe una fuerte tendencia a utilizar ropa estilo americano, en especial pantalones jeans.

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